Tienes leche ?
- Glow
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"Me perdí en un sueño tipo Easy-Bake Oven..."O al menos, eso es lo que nuestro constructo social actual quiere que creamos.
Cuando éramos niños, hornear bizcochitos rancios en un Easy-Bake Oven se veía como algo tierno — encantador, pero nunca realmente serio. El producto final siempre era solo un ladrillito empalagoso de trigo, jamás un postre de verdad.
De la misma manera, la sociedad suele descartar la experiencia de enamorarse como algo ingenuo y pasar por un desamor como algo infantil. O sea, hoy día, decirle a tu mejor amigx que estás destrozadx por un crush te da la misma reacción que cuando tu mamá te preguntaba si ya habías desayunado — y la verdad es que solo te habías comido un bowl de Lucky Charms. Esa misma mirada de decepción trivializante, seguida de un suave pero condenatorio:"Mi amor, tú sabes mejor que eso."
Pero si le tocas la puerta a la psicología — la real, la de fundamento, la que de verdad sacó su diploma — te va a contar una historia muy diferente.
Ella te va a hablar con orgullo de Henry (no, no Cavill... por favor, Murray), uno de los pioneros tempranos de la teoría de personalidad, que creía que el amor — ese anhelo de conectar, de ser visto y sostenido — no es una misión secundaria en nuestras vidas. Es una necesidad fundamental, tan poderosa como la ambición o el logro.
Te va a chacharear de Allport, que dedicó su vida a estudiar qué nos hace humanos de forma única; quien enfatizó que las disposiciones personales moldean cómo experimentamos y buscamos conexiones significativas. Para Allport, la capacidad de amar — sincera y profundamente — era una señal de madurez y salud psicológica. Así que, cuando alguien minimiza tu desamor con una risita o un meme (sí, ¿todavía enviamos memes, verdad?), no están siendo evolucionados. Están ignorando algo que en realidad es una marca de crecimiento.
Y por último, te va a hablar emocionada de Goffman, quien escribió sobre la presentación del yo en la vida cotidiana. Él argumentaba que la vida es una actuación, y que constantemente estamos moldeando cómo los demás nos perciben. El problema es que la vulnerabilidad — especialmente la vulnerabilidad romántica — no está de moda. No luce bien en Instagram. Y yo pienso que, en gran parte, es porque es difícil sacarle ganancias a un viaje de sanación saludable. La mayoría de lo que necesitas en ese trayecto viene de necesidades intrínsecas (o sea, de adentro pa’ fuera).
Así que, en vez de mostrar la crudeza de los sentimientos reales, curamos un desapego o una actitud de “me da igual”. Actuamos la indiferencia. Y confundimos eso con fortaleza.
Pero mi preguntas siguen en pie:
¿Qué tal si la actuación es la verdadera mentira? ¿Y si estar devastadx por alguien que te hizo latir el corazón no es una debilidad, sino una respuesta humana y hermosa al riesgo y la conexión?
¿De dónde viene toda esta apatía? ¿Y por qué nos resistimos tanto a sentir amor?
¿Cuándo empezó todo esto? ¿Y cuándo va a terminar este efecto dominó? Porque ahora mismo, se siente interminable…
Así que sí — tal vez sí me perdí en un sueño tipo Easy-Bake Oven.Pero quizás ese es exactamente el lugar donde se supone que nos perdamos de vez en cuando... en el empalagoso optimismo de nuestros Lucky Charms.
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