top of page
  • Writer's pictureGlow

El Put@ Patito De Hule


No he estado escribiendo últimamente porque perdí mi voz... La he buscado por todas partes, debajo del sofá, debajo de mis neumáticos (tal vez la atropellé, quién sabe), debajo del plato de agua del perro (O sea, me roba los calcetines, ¿por qué no me robaría la voz?), pero parece que no puedo encontrarla. Es por eso que últimamente cada vez que escribo algo, las palabras se sienten rígidas y fuera de lugar, como si no pertenecieran al papel. Pensé que podría ser el cansancio, he estado estudiando mucho, o tal vez me estoy acostumbrando a hablar en español de nuevo. Todas estas pueden ser razones válidas y verdaderas, sin embargo, el nudo que se forma debajo de mi caja torácica cada vez que empiezo a escribir algo...íntimo, demuestra que es algo más. Creo, y esto es un shock para ambos, que tal vez he comenzado a temer ser vulnerable en este blog.


( música dramática. )


San Benito, tenemos un problema.


Este blog fue fundado con la premisa de ser vulnerable. La vulnerabilidad es el pilar, la pieza principal de un rompecabezas, la base de este blog. Sé que es repetitivo, pero solo quiero resaltar el problema. Últimamente, la idea de ser vulnerable con ustedes... bueno, digamos que prefiero tragarme un patito de hule que compartir mis sentimientos en este momento (sí, se supone que suene absurdo ). No sé por qué, y estoy bastante segura de que lo he dicho antes, pero algo sobre esta pequeña isla me hace cuestionar cada puto pensamiento, movimiento y palabra (por supuesto, el hecho de que me han pulverizado el corazón realmente no ayuda).


Sin embargo, últimamente no me he sentido como yo misma. Permíteme señalar algunas razones por qué.


1. Solía mandar al carajo a los chicos todo el tiempo, sin importar lo que pensaran o no de mí.

2. Solía dejar ir sin esfuerzo a alguna gente porque sabía que simplemente no eran adecuadas para mí.

3. Si tenía problemas con compañeros de clase, simplemente ME IMPORTABA UNA MIERDA.


Lamentablemente, ahora estoy pensando en las consecuencias, o en necesitar ayuda en el futuro, en no quemar puentes o cortar lazos, cuando honestamente todo lo que quiero decir es ¡VETE A LA VERGA! (por razones legales y morales debo aclarar que “vete a la verga” es una metáfora simbolizando mi autonomía y para defenderme a mí misma). Vete a la verga, por hacerme sentir que no soy digna de tu tiempo y tu amor. Vete a la verga, por aprovecharte de una mujer necesitada y luego explotarme en las redes sociales, y por último, pero no menos importante, vete a la verga a los compañeros que actuaron de una manera egoísta, condenatoria e ignorante.


Sé que puedo estar equivocada, y sé que puedo arrepentirme de esto en el futuro, pero he pasado mucho tiempo debatiendo conmigo misma sobre si vale la pena vivir una vida sin remordimientos en primer lugar. He estado debatiendo sobre si debería comerme el puto patito de hule y no hablar, por lo que PODRÍA suceder, o lo que PODRÍA necesitar en el futuro, o en vez, ser yo misma sin reparos. Así que déjame aclarar lo siguiente, si crees que esta publicación de blog es demasiada larga, no la leas; si crees que maldigo demasiado, no la leas; si crees que todo lo que hago es regañar... Mírate, lo has adivinado, ¡no lo leas! Porque en el siguiente par de párrafos trataré de calmar este miedo a la vulnerabilidad... Será bastante catártico.


Supongo que después de pensarlo mucho, el único componente que comparten todos los eventos es la decepción. Le di mi corazón a un tipo que bien, mmm, no se lo merecía, o al menos no tenía la capacidad de valorarlo (es mucho más complejo que eso). Y cuando les digo que lo intenté, traté de hacer que funcionara. Pero simplemente no tenía lo que se necesita y eso fue decepcionante. ¿Jugaron con mis sentimientos? Puedo decir algo más profundo, como que la vida no es blanco y negro, y que todo es mucho más complicado…sin embargo, la realidad es que no lo sé pero, que se joda, a los 26 años no voy a sentarme y tratar de resolverlo.


Poco antes de eso, tomé una horrible decisión, decidí probar una agencia de cuidado. Ese fue probablemente el peor error que he cometido desde que me mudé aquí. Mantendré los buenos modales y diré que las cuidadoras que fueron nombradas por la propietaria simplemente no eran de mi agrado. Solo diré que no hubo suficiente conexión. La dueña tomó a pecho mi desinterés de seguir con el servicio y decidió hablar mierda sobre mí y mi familia en las redes sociales, más específicamente, en las páginas de búsqueda de asistentes y cuidadores. El hecho de que una mujer mayor con un título bastante sólido y su propio negocio se rebajara tanto y se metiera con mi futuro, me jodió. Supongo que el hecho de recordar que me sinceré con esta mujer, de haber llorado porque estaba tan emocionada de que me quitaran este peso insoportable de mis hombros con todo esto de encontrar una cuidadora, con toda esta situación de querer estabilidad, con todo este dilema de ser independiente, me revuelve el estómago. Se aprovechó de una mujer vulnerable en una situación vulnerable y esto empeoró el problema.


Por último, pero no menos importante, tuve una experiencia de proyecto de grupo realmente extraña donde... Estoy tratando de lograr cómo contar la historia sin revelar demasiado. Odio los proyectos grupales porque mi agenda como mujer con discapacidad no es la misma agenda que la de todos los demás.Y no me gusta ir por ahí diciéndoles a los miembros de mi grupo, "No podré asistir a la reunión porque mi asistente tiene diarrea" (en realidad no tiene diarrea, pero es solo un ejemplo real). No me gusta ir por ahí diciéndoles a los miembros de mi grupo, ''No puedo quedarme hasta las 2 o 4 de la mañana porque mi enfermera llega a las 10'', pero esta vez decidí decir mi verdad y aceptar mis límites...lo que resultó en que ellos me resientan abiertamente por no poder participar en su agenda, a su velocidad, a su ritmo. Al final del semestre, no querían poner mi nombre en el proyecto final y la mayoría de las razones, si no todas, no tenían sustancia, excepto el hecho de que no podía ir a su velocidad. Lo cual es bastante y jodidamente capacitista si me preguntas. Todo lo que recuerdo fue decir, "no es justo", a uno de los miembros del grupo, y casi llorar por teléfono porque no pude llegar a la reunión grupal de último minuto. Mi asistente se sentía mal ese día, lo que ya me tenía de mal humor. Recuerdo sus voces monótonas en el teléfono - realmente no les importaba una mierda -, y recuerdo que les rogaba porque todo lo que podía pensar era en lo injusto que sería para mis padres llevarme una vez a la semana a la misma clase si tuviera que volver a tomarla. Dicho esto, había una voz en mi cabeza diciéndome que no mendigara, que no vale la pena, que me creciera un par de ovarios y les dijera que se vayan a la verga. Decidieron mantenerme en el proyecto porque "sería demasiado tarde para cambiar ahora", pero todavía me molesta el hecho de que supliqué. Supliqué por mi discapacidad, supliqué porque era honesta, supliqué porque me permití ser débil frente a estas perras... Estoy decepcionada.


Supongo que parte de crecer (y se lo digo a la chica de 16 años para la que es este blog) es descubrir cómo lidiar con las decepciones y no dejar que una decepción se convierta en miedo como me sucede a mí. La decepción se transformó en miedo a la vulnerabilidad, por eso creo que la única solución a mi problema es recuperar la esperanza. Esperanza en la humanidad, esperanza en la intimidad y el amor, y esperanza de que todo va a estar bien (sueno como Topollillo, ya lo sé).


La esperanza radical es un término que nos ayuda a imaginar un futuro dentro de un período de agitación y cambio. Los filósofos interesados en las grandes preocupaciones de la vida humana, el conocimiento, la razón y todas esas cosas buenas, acuñaron la palabra. Querían aprender más sobre cómo las personas se recuperan de experiencias traumáticas como perder su cultura. Numerosos autores han discutido la idea filosófica y psicológica de la esperanza radical. En el libro, Radical Hope, Ethics in the Face of Cultural Devastation, el filósofo Jonathan Lear examina cómo el jefe indígena de los Crow, Plenty Coups, guió a su pueblo durante un período de extrema agitación. Cuando los cuervos se vieron obligados a vivir en reservas y abandonar la caza de búfalos, sus formas de vida culturales fueron destruidas, pero él fue capaz de inspirar a su pueblo a reinventar su propia existencia para salvarlos de perder la esperanza.


Sé que esto tomó un giro oscuro, pero tengan paciencia conmigo. Cuando estás discapacitada, el piso está hecho de gelatina y no hay estabilidad. Puedes estar teniendo los mejores 6 meses de tu puta vida y, de repente, tu asistente, tu cuidadora, simplemente no está interesada y tu mundo se desmorona. Así que a veces, y quiero decir la mayoría de las veces, todo lo que tenemos es la esperanza de que todo saldrá bien. No, la esperanza no es un plan, pero si la pierdes, te quedas sin nada.


El miedo es normal, todos lo experimentamos. Pero si lo dejamos ganar, perdemos la posibilidad de crecer, de amar y de vivir plenamente. Así que aquí estoy, desafío a mi miedo a ser vulnerable y a expresarme sin disculpas. Si esto te asusta o te ofende, lo siento, pero estoy decidida a ser yo misma y a recuperar la esperanza. Y si a alguien no le gusta, pueden irse a la verga.


Entiendo que no podemos ir por ahí diciéndole a la gente que se vaya a la verga, literalmente, pero podemos ir por ahí diciéndole a la gente que se vaya a la verga metafóricamente, sobreviviendo, avanzando, comiéndonos el maldito patito de hule con una sonrisa en la cara y pidiendo más.

40 views0 comments

Recent Posts

See All
bottom of page